
¿Quién es Esther Fernández-Bravo en dos palabras?
Tengo 23 años, he nacido y crecido en Madrid. Soy una persona con mucha dedicación y pasión por todo lo que hace, especialmente los retos y descubrir cosas nuevas.
Eres ingeniero industrial, número uno de tu promoción y acabas de recibir el premio AECOC por tu TFG. ¿En qué consistía el trabajo, qué retos te encontraste y qué aprendiste de él?
Mi TFG se titula “Desarrollo de una aplicación para la planificación de rutas y horarios de un servicio de recogida de equipaje” y consistía en el diseño y desarrollo de una herramienta matemática de ayuda a la planificación de los recursos humanos y materiales de un operador turístico. Esta aplicación estaba ligada a un servicio de recogida y transporte de equipaje de los clientes de este operador desde el hotel hasta el aeropuerto en sus vuelos de regreso. Al final, debíamos planificar los horarios del personal encargado de recoger el equipaje en los hoteles y, por otra parte, las rutas de los vehículos que debían transportar estas maletas al aeropuerto. Era una planificación muy completa donde una buena coordinación de recursos era fundamental para asegurar que el equipaje llegaba a tiempo al aeropuerto.
El principal reto que supuso este trabajo fue el diseño del modelo matemático, al que hubo que aplicar descomposiciones para poder resolverlo en tiempos razonables y obtener planificaciones eficientes. Aquí la ayuda de Hugo Larzabal, compañero de baobab y uno de los tutores de mi TFG, fue imprescindible para lograr los resultados buscados. Gran parte del éxito del TFG se debe al apoyo de Hugo durante todo su desarrollo, así como el de mis otros dos tutores Álvaro García y Miguel Ortega-Mier. Gracias a ellos he conseguido este 1er premio de AECOC.

Y en cuanto al aprendizaje, aprendí nuevas técnicas, cómo aplicar Programación Lineal para resolver problemas complejos y cómo combinarla con otras técnicas como las heurísticas. Pero más allá de la técnica, me sorprendió cómo la Analítica Prescriptiva nos puede ayudar a resolver problemas complejos de empresas y ofrecer indirectamente beneficios a sus usuarios y clientes. ¿A quién no le gustaría que un turoperador le ofreciese recoger sus maletas en el hotel y ahorrarse cargar con ellas hasta el aeropuerto? Imagínate para los viajeros de mayor edad o aquellos que viajan con niños y tienen más dificultades para llevar su propio equipaje.
¿Qué te llevó a escoger esta profesión? ¿Qué te motiva? ¿Había otros ingenieros en tu entorno familiar?
No fue una elección nada vocacional y, además, soy la primera ingeniera de mi familia. Al terminar el colegio quería algo que fuera exigente, un reto para mí. Las asignaturas de ciencias eran las que más me gustaban y tenía claro que quería hacer algo relacionado con la ingeniería, pero no tenía preferencia por una especialidad concreta. Me decidí por Ingeniería Industrial porque me daba una base de conocimiento muy amplia con muchas oportunidades de especialización en el futuro.
Sobre la ETSII UPM. ¿Por qué la elegiste como centro para tus estudios?
Por el amplio rango de especialidades que ofrecía. Al empezar la carrera no tenía claro qué especialidad concreta escoger y quería un centro de estudios que me ofreciera más posibilidades más adelante. En la ETSII UPM encontré una amplia oferta que no vi en otros centros de estudio. Por otro lado sabía de la reputación de la UPM, que sigue siendo una de las mejores instituciones académicas a nivel nacional para estudiar ingeniería industrial, tanto por la formación como por las experiencias internacionales, y sabía que iba a conocer a gente muy diversa, así que no dudé en elegirla. A día de hoy pienso que, en general, he recibido una muy buena formación durante mis años de estudio.
Tienes un expediente brillante y seguro que no te faltan ofertas. ¿Cómo entraste en contacto con baobab y por qué te decidiste por nosotros?
Entré en contacto con baobab en mi tercer año de carrera a través de la asignatura de Investigación Operativa que impartían Álvaro García y Miguel Ortega-Mier (socios fundadores de baobab y profesores en la ETSII UPM). Me gustó mucho porque era muy diferente al resto y me pareció una asignatura muy práctica. Al final del curso, Álvaro y Miguel me ofrecieron la posibilidad de colaborar con ellos mediante una beca en baobab mientras terminaba mi grado y aprovechar la oportunidad de realizar el TFG con ellos. Vi en su web que habían trabajado en proyectos interesantes y no dudé mucho. Entré en septiembre de 2018 y aquí sigo, con la misma motivación y ganas del primer día.
¿Cómo definirías tu experiencia en baobab hasta ahora?
Muy satisfactoria y enriquecedora. Entré muy verde pero me sentí valorada desde el primer día y he estado involucrada en proyectos internos y externos con clientes importantes. Una ventaja de baobab es que hay gran diversidad de proyectos que te obligan a aprender constantemente y trabajas con gente con mucho talento cada día.
¿A quién recomendarías trabajar en baobab y por qué?
A las personas que no les gusten las tareas monótonas, que prefieran hacer cosas nuevas cada día. Puede sonar a tópico, pero cada proyecto es diferente y nos obliga a seguir formándonos y aprendiendo para dar respuesta a nuestros clientes. También se lo recomendaría a quien busque un ambiente multidisciplinar y flexible, que te permita compaginar tu vida profesional y personal. Yo soy una gran aficionada a la natación y baobab me ha permitido entrenar, estudiar y trabajar sin problema.
Como mujer joven seguro que tienes una visión de la carrera y la profesión muy diferente a la que pueda tener un hombre de 45 años. ¿Cómo te encuentras en la profesión? ¿Piensas que debería cambiar algo? ¿Cómo piensas que la profesión se beneficiaría de atraer a más mujeres jóvenes?
Yo creo que la profesión se enfrenta a retos importantes por la revolución de los datos que estamos viviendo. Poco a poco se está adaptando pero aún queda mucho camino. En cuanto a mi perfil de mujer, me alegra decir que la ingeniería es cada vez menos cosa de hombres. Veo cada vez más mujeres en la carrera, y que haya mujeres influyentes en lo más alto nos anima. Por lo que respecta a los jóvenes, nos cuesta encontrar oportunidades y le pediría a las empresas que confíen más en nosotros porque tenemos mucho que ofrecer.
¿Dónde te ves dentro de diez años? ¿En qué dirección te gustaría llevar tu carrera profesional?
Es difícil responder a eso. El año que viene iré a terminar mi Master a EEUU en virtud de un acuerdo con la UPM y después me gustaría desarrollar una carrera internacional, conociendo mundo y trabajando en lugares distintos a España. Creo que seguiré dedicada a la profesión durante mucho tiempo, me motiva levantarme cada mañana y saber que voy a aportar mi granito de arena para hacerle la vida más fácil a los demás. En el futuro también me gustaría emprender una actividad más personal, quizá inspirada por el recorrido de baobab desde que se originó en la UPM.
¿Cuáles son las dos cosas más importantes que has aprendido durante la carrera y tu experiencia con baobab?
La cosa más importante que he aprendido es que la dedicación y el esfuerzo merecen la pena. Soy una persona muy exigente, pero creo que el esfuerzo y dedicación han sido clave para conseguir lo que he conseguido. No hay nadie brillante que no tenga detrás de sí innumerables horas de trabajo, porque es una carrera dura en la que te caes y te tienes que levantar. También he descubierto la capacidad que tenemos los ingenieros para ayudar no solo a nuestros clientes sino también a la sociedad. Saber que puedo mejorar los procesos de una empresa y que esto puede ayudar a la gente me motiva muchísimo.