El transporte en Lima es malo. Muy malo. Es tan malo que los limeños tienen dificultad para encontrar suficientes ejemplos para hacer comprender a alguien que vive en España lo malo que es.
Felizmente existen personas preocupadas por mejorar el sistema de transporte mediante técnicas conocidas y probadas de simulación y análisis cuantitativo. Desgraciadamente, estas personas no son parte del organismo de tránsito de la ciudad.
El transporte en una ciudad del tamaño de Lima Metropolitana (con 9 millones y medio de habitantes) no es nada fácil de organizar pero en el artículo adjunto se hace un buen trabajo describiendo por qué añadir más carriles a las avenidas no es la única (ni la mejor) manera de hacerlo.
Cuanto más grande es un sistema, más difícil es entender el impacto de un cambio aislado en él.
Como describen en el artículo, solo con técnicas avanzadas de simulación de procesos se puede obtener las conclusiones necesarias para evaluar la viabilidad de proyectos y comparar distintas estratégicas (regulación, infraestructura, tecnológica) e incluso combinaciones de las mismas.
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